En un mundo donde muchos viven en piloto automático, Verónica Ramírez decidió hacer una pausa. Agotada emocionalmente por un trabajo que no la hacía feliz, tomó una decisión radical: renunciar.

No tenía un plan perfecto, pero sí algo muy poderoso: el deseo de reconectar con lo que amaba. Hizo una lista con todo lo que le apasionaba, y allí volvió a aparecer el ejercicio, el movimiento, la salud y el bienestar. Fue entonces cuando nació VeroFit, su emprendimiento de ropa deportiva con propósito.

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Lo que comenzó como una forma de mantenerse conectada al mundo del fitness, terminó siendo un proyecto que inspira, empodera y acompaña a mujeres reales.

Verónica no solo vendía ropa: vendía confianza, energía, motivación. Porque como ella misma dice:

“Si aún no podía entrenarlas, al menos podía vestirlas para que se sintieran empoderadas.”